miércoles, 29 de julio de 2009

De prestao (3)

No sé si será porque me gustaría tener ese aire lobuno, de silencio amenazante, o dar rienda suelta a mi mala leche con la gracia y filo que lo hace este señor o porque no sólo de Pérez-Reverte vive el hombre...el caso es que hace poco que leí uno de sus "Hartículos" y me gustó lo que decía y como lo decía, asín que aquí os dejo el texto para su disfrute...

"Lo poco que sé de la vida. Risto Mejide

Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos.
Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. Sí, sobrino, va por vos.
Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo, te regalo un método infalible. Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien. El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco.
Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.
Que un euro se ahorra y un polvo se pierde. Para siempre. Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar. Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte, pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.
Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus "yo nunca", tus "yo qué va".
Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos.
Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes te desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.
Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los 30, ya jamás pasarán debuenos conocidos. Cuenta sólo con los tres principales porque a partir de ahí, todo es mentira.
Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón."

martes, 28 de julio de 2009

Lo que comemo é lo que valemo y tó lo que se le echa le sabe (4)


Saludillos, jabatillos gastronómicos y bienvenidos de nuevo a éste, vuestro espacio de delicatessens !!! O simplemente, debería saludar a Maese Pau
(que al fin y al cabo debe ser el único que lee estas entradas) ??? En fin, no quiero dejarme contagiar por la valoración final de nuestro último experimento nutricional: insípido y aburrido...pero no adelantemos acontecimientos.

Animados por el magnífico éxito de nuestro anterior producto, decidimos probar otro de los dulces presentes en las surtidas estanterías de nuestro super favorito...nos decantamos finalmente por un dulce japonés: Taro Mochi.
El mochi es un pastelito de arroz japonés hecho de arroz glutinoso molido en una pasta y después moldeado, en este caso relleno de taro (una legumbre tropical de bonito color pero dificil digestión...lo sé, nos va la marcha). Tradicionalmente, en Japón se hace en una ceremonia llamada mochitsuki. Aunque se come todo el año, el mochi es comida típica para el año nuevo japonés, cuando es más común su consumo.
Procedamos a su análisis:
El envase de un bonito color lila hacía preveer sabores delicados, de caramelo de violetas, y la "afoto" hacía presagiar oleadas de untuoso y empalagoso sabor...



Pues nada de eso...nos encontramos con este desolador espectáculo de huevo mal cocido y en perfecto estado...sí...de descomposición...


Vamos que cualquier parecido con la realidad fué pura casualidad...gentuza !!! Esto es publicidad engañosa, jopetash !!! Pero nuestras decepciones no acabaron aquí...nada más abrir el envase nos invadió un olorcillo a calcetín húmedo (y NO, para los más osados, contestatarios y rebeldes de entre nuestros escasísimos lectores que piensen que tal olor emanaba de mis pieses, debo decir que no...no todo el olor era mío) y lo peor, sabían a calcetín mojado (nuevamente, los mismos osados, contestatarios y rebeldes de entre nuestros escasísimos lectores dirán que no sé qué sabor tienen los calcetines húmedos y se equivocan...pero esa es una historia que no viene al caso, en la que intervienen una cabra, un disco de Iron Maiden y una tienda de campaña y que ya si eso contaré otro día...). Su sabor: anodino e insípido (valga la contradicción); lo más parecido por su textura y sabor es la masa fria de las rosquillas de mi agüela (que me dejaba pellizcar antes de freir) pero ganando en sabor y dulzura, de aquí a la luna y volver, la masa de rosquillas de mi abuela y puntopelota, que las comparaciones, en este caso, son odiosas, of course...

Resumiendo:
a) Que los japoneses no son ni serán los reyes de la repostería mundial...
b) Que los japoneses no son la alegría de la huerta y no me extraña teniendo estos dulces...
c) Que las sensaciones placenteras que pueda producir este "dulce" no compensan las 119 calorías por unidad (si cada mejilla de tu culo va a coger forma de pan gallego lo mínimo que puedes esperar es, al menos, un segundo de placer)...
d) Que si, a pesar de todo lo dicho, te animas a probarlo procura hacerlo con la Maniobra Heimlich aprendida de casa; su textura gomosa y "chiclosa" podría darte un susto al quedarse atravesada en tu esófago...y no estamos para perder lectores, con lo escasos que van, hombre ya !!!