
A la vista del esfuerzo de este pequeño pueblo valenciano (unos 2.800 habitantes) podemos decir que la recreación del Siglo de Oro, época de esplendor económico y cultural, donde toda mención a lo español provocaba temor y admiración a partes iguales, ha sido superada con nota; fijaos en los detalles de los Tercios, más que correctos en vestimentas y armas, como la bandera de la Cruz de San Andrés ondea sobre morriones y corazas, picas y lanzas, arcabuces y mosquetes, en las mujeres que siguen al ejército, etc.
Una más que digna recreación, Vive Dios, de una época y, sobre todo, de la que fue considerada la mejor y más feroz infantería del mundo (entre otras cosas porque, hijos de una tierra dura y pobre en manos de una nobleza y clero que nada hacían por el progreso del pueblo, no les quedaba otra cosa que la huida hacía adelante).
Como anécdota, comentar que pocas veces somos conscientes de los orígenes de ciertas frases y del por qué utilizamos tal o cual expresión y, el caso de los Tercios, no ha sido ajeno a este fenómeno y ha dejado su legado en la lengua, por ejemplo:
-“Irse a la porra”: El sargento mayor de cada Tercio dirigía los compases de sus hombres moviendo un gran garrote, una especie de antecedente de la batuta de orquesta que recibía el explícito nombre de porra. Cuando una columna en marcha hacía un alto prolongado, el sargento mayor hincaba en el suelo el extremo inferior de su porra distintiva para simbolizar la parada. En su inmediación se establecía rápidamente la guardia, quedando bajo su vigilancia los soldados arrestados, que durante ese descanso debían permanecer sentados en torno a la porra que el sargento había clavado al principio. Eso equivalía por tanto a «enviar a alguien a la porra» como sinónimo de arrestarle.
-“Se armó la de San Quintín”: Alude a la batalla que tuvo lugar el día de San Lorenzo —10 de agosto— de 1557, ganada por las armas españolas de Felipe II contra el ejercito francés que tuvo grandes bajas y un gran número de prisioneros y deserciones.
-“Pasar por los bancos de Flandes”: Que significaría superar una dificultad, lo que vendría de su similitud con una zona peligrosa en el mar de Flandes.
-“Poner una pica en Flandes”: Como sinónimo de algo sumamente dificultoso o costoso, refiriéndose a los gastos y esfuerzos que suponía el envío de los Tercios.
El libro gordo te enseña,
el libro gordo entretiene,
y yo te digo contento,
hasta la clase que viene…